Una ciudad que alberga a médicos extravagantes, inventores que estafan, artistas delicados, espiritistas, multimillonarios arriesgados y empleados románticos sólo puede dar origen a una fábula como la de Radiana, satírica y sentimental.
Con el trasfondo del paso del siglo XIX al XX, Esther Cross maquina una historia sobre el tiempo, la impuntualidad del amor y el gobierno de las fantasías.
A medida que la pianista Rita Lavenza pierde el dominio de sus manos y con ello la impronta magistral de sus ejecuciones, Elmer Dus, su devoto marido, lleva adelante el experimento que torcerá -según él- el rumbo de las investigaciones científicas. Gracias al apoyo financiero de Bárbara Astor, la aristócrata que ejerce el mecenazgo de rigor, y en medio de una profunda reserva, el profesor creará -a imagen y semejanza de su mujer- la primera robot de la historia.
Compuesta con humor, soltura y sagacidad, esta novela indaga, con más ironía que aprensión, las posibilidades que encierran las relaciones -matrimoniales y extramatrimoniales- entre ciencia y arte, medicina y muerte y, por sobre todo, escritura y futuro.