En medio de una de las mayores revoluciones que registra la historia, el hombre se halla indeciso ante el mundo que él mismo ha creado. Intenta orientarse, obtener una visión clara de la estructura de nuestra época, a fin de precisar su conducta futura. Esa visión es la que nos da en este libro el sociólogo e historiador alemán Hans Freyer. Con objetividad, ingenio y habilidad singulares, siempre atento a la realidad, proyecta en un lenguaje vivo y fluido un relieve plástico de nuestro tiempo, y por las corrientes fundamentales de éste, revela la meta hacia la cual se dirige la evolución, vamos hacia un mundo prefabricado que encaja a los seres humanos dentro de la estructura del trabajo, que los reduce a una civilización rígida y los hace creer en la posibilidad de consumar la historia. Desligado de sus condiciones naturales, el hombre no es considerado en su integridad, sino siempre parcialmente: como elector, residente, contribuyente o consumidor, hasta llegar incluso a la esfera privada, igualmente trazada de antemano. Esto es lo que Freyer llama "sistema secundario".

¿Puede tal sistema tener a la larga suficiente vigor? No lo sabemos; sin embargo, el futuro de la historia es siempre incierto: no se la calcula, sino que se la arriesga. La vitalidad y las fuerzas morales y espirituales que apliquen los hombres decidirán nuestro porvenir, sea una vida para siempre ajena a la posibilidad de creación, sea una nueva época de humanidad.

La exposición de Freyer no intenta ofrecer un programa sino mostrar las oposiciones espirituales que constituyen el combustible de nuestro tiempo. El gran hálito de la obra se debe al saber de un intelectual que domina con la mirada muchas posibilidades de sus semejantes, que sin dejarse vencer por el pesimismo ni entregarse a un optimismo infundado, estudia la relación, tan arraigada en el hombre, entre peligro y promisión.